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Exposición en Casa del Lago muestra un banquete que es un arte que muestra historias a partir de alimentos

Para Dea López, curadora de la muestra “Conocer el mundo con la boca, sin que te piquen las espinas”, comer es más que nutrirse: es una forma de transitar, de influir y dejarse influir, y de grabar en el paladar y en la memoria la geografía de una comunidad.

Para el montaje de esta muestra se realizó una ardua investigación que permitió hacer una exploración de la comida como espacio de conexión entre el cuerpo, el territorio y la identidad que se propone en la muestra, antes mencionada, organizada por Colección FEMSA y Casa del Lago UNAM abierta al público hasta el 14 de septiembre.

Metáforas que definen la alimentación

La muestra, a cargo de Beto Díaz, curador de Colección FEMSA, y Dea López, curadora invitada, reúne 42 obras de 37 artistas, la muestra entrelaza distintos lenguajes visuales para abordar algunos rituales y saberes que definen a los alimentos: Prácticas de sanación, transmisión de conocimiento y construcción de memoria.

“La Colección FEMSA busca ser un punto de encuentro entre personas, ideas y comunidades a través del arte. En esta ocasión, su acervo se cruza con obras de distintas geografías y generaciones para reflexionar sobre un tema que nos interpela a todas las personas: la comida. En un país como México, donde gran parte de la identidad se ha construido en torno al alimento, este proyecto abre preguntas sobre lo común y lo diverso, lo íntimo y lo colectivo, lo cotidiano y lo simbólico. Porque el acto de comer no es solo biológico, sino también político, cultural y humano”, dijo Beto Díaz, curador de Colección FEMSA.

La muestra despliega un recorrido en el que la boca nombra y cuenta historias. Pinturas, instalaciones y videos dialogan sobre la alimentación como un acto que desde lo común traza distintos significados. Cada bocado es un relato, dijo Dea López, curadora invitada.

“Presentamos esta exposición como una mesa compartida, donde artistas de distintas generaciones se encuentran a través de los alimentos, sus símbolos y gestos. Estos cruces intergeneracionales, donde las preocupaciones de hoy –el territorio, la identidad, la comunidad y el cuidado– se reconocen y resignifican desde múltiples voces».

Tras su presentación en el 51 Festival Internacional Cervantino, con sede en el Museo Casa Diego Rivera, la exposición llega ahora a Casa del Lago UNAM. En esta nueva etapa, las salas 3 y 4 se convierten en un espacio para el diálogo, el encuentro y la reflexión en torno al alimento como experiencia cultural y sensorial.

“Es relevante que una iniciativa como la de Colección FEMSA se inserte en un espacio universitario”, dijo Cinthya García Leyva, directora de Casa del Lago UNAM, “marca una distinta forma de colaboración entre instituciones que operan con lógicas y dinámicas muy diferentes, y eso genera nuevas posibilidades de colaboración en nuestro país y nuestra Universidad”.

Para esta ocasión fue adaptada no sólo con la inclusión de otras obras, sino en términos conceptuales, al abordar lo relacionado con las formas de comer, a diferencia de la versión en Guanajuato, donde se privilegió a la cocina como el sitio donde se preparan los alimentos. Nos concentramos en la boca como umbral por el cual conocemos el mundo, precisó Díaz en conferencia.

Por otro lado, agregó García Leyva, resulta coherente el enfoque curatorial de esta selección de obras en relación con temas como la naturaleza, la alimentación y el ritual, especialmente al situarse en un espacio como Casa del Lago UNAM.

“Este lugar, en los últimos años, ha venido reflexionando de forma muy puntual sobre su ubicación en el bosque, sobre su papel como espacio público, y sobre la necesidad de repensar sus propias lógicas en diálogo con el entorno natural. Esta reflexión forma parte de la historia reciente de Casa del Lago UNAM y, de alguna manera, constituye también una de sus funciones esenciales: preguntarse por su lugar en ese contexto geográfico y político específico y explorar cómo el arte puede establecer un diálogo significativo con ese entorno.

“Finalmente, hay otro punto que me parece particularmente interesante. En los últimos años, Casa del Lago UNAM ha trabajado de manera constante con la idea de la boca —quizá en un sentido más metafórico— para pensar la voz, otras formas de expresión corporal, y la potencia del cuerpo como espacio de resonancia. Lo que ocurre ahora es un giro: ya no se trata tanto de pensar el ‘afuera’ resonante, como lo hemos hecho en nuestro festival Poesía en Voz Alta, sino de mirar hacia adentro, hacia ese interior que conecta con otros organismos, con otras formas de ritualidad y con nuevas formas de relación entre cuerpos, más allá del humano. Ese desplazamiento nos resulta profundamente lógico y, al mismo tiempo, muy estimulante”.

Aspectos de la exposición “Conocer el mundo con la boca, sin que te piquen las espinas”.

De las 42 piezas que conforman la exposición, 12 pertenecen a la Colección FEMSA, 29 provienen de otras colecciones y una más fue comisionada. Hay desde obras de artistas del siglo XX como Manuel Álvarez Bravo y Remedios Varo hasta propuestas contemporáneas, como las de Polvo de Gallina Negra, Antonia Gracia y Magdalena Fernández, para trazar un mapa íntimo de olores, texturas y sabores.

Por comisión, Miguel Cinta Robles creó la obra “Estación meteorológica experimental No.1, 2025”, que conecta con el Bosque de Chapultepec al incluir organismos recolectados en este territorio. La instalación en sitio surge del deseo de crear un espacio de descanso que dialogue con la memoria de un antiguo huerto en Casa del Lago UNAM y busca reflexionar sobre nuestra relación con los cultivos, así como sobre el acceso al tiempo libre y su ejercicio en contextos urbanos atravesados por desigualdades sociales.

Los artistas participantes son: Alan Sierra y Rafael Gutiérrez, Alba Serra, Antonia Gracia, Cristóbal Ascencio y Enrique Montaño, Ana Gallardo, Ana Hernández, Ana Mendieta, Ana Mercedes Hoyos, Angélica Fabián, Antoni Miralda, Antonio Henrique Amaral, Antonio Monroy, Aristeo Jiménez, Carlos Orozco Romero, Chantal Peñalosa Fong, Diego Pérez, Dulce Chacón, Enrique Argote, Espacio Lalitho (Ángel Cortes, Alejandro Medina, Reyes H Cruz, Humberto Vásquez, Tony), Fernando Salcedo Suárez del Real, Francis Alÿs, Gabriel Figueroa, Gabriel Lengeling, Gabriela Estrada, Magdalena Fernández, Manuel Álvarez Bravo, Mayra Silva, Miguel Cinta Robles, Miriam Chiaverini, Nacho López, Polvo de Gallina Negra (Mónica Mayer y Maris Bustamante), Remedios Varo, Rubén Ojeda-Guzmán, Salvador Xharicata, Sergio Zamora, Thomas Glassford, Vica Pacheco, Yessica Díaz y Yunuen Díaz.

La muestra permanecerá hasta el 14 de septiembre, puede visitarse de miércoles a domingo, de 11:00 a 18:00 horas, en el espacio ubicado en el Bosque de Chapultepec, Primera Sección S/N, San Miguel Chapultepec. Entrada libre.

Dea López, curadora invitada; Laura Pacheco, gerente de Colección y Bienal FEMSA; Cinthya García Leyva, directora de Casa del Lago UNAM y Beto Díaz, curador de Colección FEMSA. Foto: Cortesía Colección FEMSA/Michelle Lartigue.
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