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La carrera hacia el 2024, ¿El momento mexicano?

En años recientes, México ha pasado por cambios políticos, sociales y económicos. El nearshoring se perfila como una gran oportunidad de crecimiento para el país y se prevé tenga grandes impactos positivos en la economía. Sin embargo, el 2024 traerá consigo cambios que podrán moldear el panorama económico y de inversiones.

El momento mexicano

En los últimos años México ha atravesado por una serie de cambios que han sido positivos para el país. El consumo privado ha crecido debido al incremento en los salarios y la baja tasa de desempleo. Igualmente se han desarrollado proyectos de infraestructura que generarán empleo y
fomentarán el crecimiento económico. Estos factores han mantenido positivas condiciones del entorno económico en el país. En la primera mitad del 2023, el PIB de México creció a una tasa del
3.7% anual, con un nivel que sólo fue menor que el de India, China, Indonesia y Turquía dentro de los países del G20.

Otra parte importante a tomar en cuenta son los factores externos. Estados Unidos, principal socio comercial del país, está cada vez más integrado en la infraestructura mexicana a través del aumento del comercio y el envío de las remesas. Además, estamos atravesando el fenómeno del nearshoring.

Si bien esta oportunidad se desarrolló debido al deterioro de las relaciones entre países asiáticos y el viejo continente, algunas compañías europeas y americanas están trasladando sus centros de producción a México, creando así un sólido flujo de inversión que en el futuro podría reconfigurar el panorama de la economía mexicana.

El tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) ha elevado los requisitos de nivel de los productos regionales. Por ejemplo, 75% de los productos de la industria automotriz, deben de estar hechos en Norteamérica, comparado con el nivel anterior de 62.5% que había con el TLCAN. Al abrir fábricas en México las compañías pueden poner la etiqueta “Hecho en México” en sus productos y así no tener que pagar impuestos en grandes cantidades de productos.

Estos dos factores pueden pavimentar el camino para una mayor integración entre México y Estados Unidos. De hecho, desde marzo del 2022, México ha sido el mayor socio comercial de Estados Unidos, sobrepasando a China por primera vez en 20 años.

Las elecciones de 2024 traerán nuevos retos

México está acercándose a las elecciones presidenciales del 2024, lo que plantea un posible panorama de incertidumbre política y económica. El poder aprovechar las oportunidades previamente mencionadas y mantener la confianza de los inversionistas dependerá en gran medida de la voluntad y gestión competente del próximo presidente.

El gobierno planea reducir el gasto fiscal en 2024 y proyectan un crecimiento real del 7.8% en gasto público comparado con el 2023, mientras que los ingresos del gobierno sólo crecerán 0.8% anual. Esto refleja los gastos que se proyectan para completar proyectos de construcción, sociales y financieros que se tienen en marcha actualmente.

El próximo presidente de México tendrá que tomar decisiones para poder aprovechar estas oportunidades y mantener el crecimiento del país. Una de las más importantes tareas será la de implementar políticas que promuevan la estabilidad y aseguren la correcta aplicación de las leyes. Este factor será clave y podría destrabar el flujo de capital privado, que, junto con el capital del gobierno, maximizará los beneficios que puede tener el país.

México se encuentra en una posición única para continuar con esta tendencia y así atraer inversión extranjera, incrementar su productividad, generar empleos y aumentar los ingresos al país. Sin embargo, esta oportunidad también trae consigo retos a superar, ya que México necesitará invertir en infraestructura, mano de obra, nuevas tecnologías y política pública para poder seguir con el “Mexican Momentum” de cara al 2024.

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