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¿Por qué Rusia amenaza con invadir Ucrania?

Rusia niega que esté planeando una invasión a Ucrania, pero ha desplegado más de 100 mil soldados cerca de la frontera. El gobierno de Vladimir Putin está en contra del acercamiento que Ucrania ha tenido a las instituciones occidentales, particularmente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Hay que recordar que un país de la OTAN tiene el compromiso de responder militarmente si otro país miembro es atacado.

Ucrania comparte fronteras con la Unión Europea y con Rusia, lo que lo convierte en un punto estratégico. Como parte de la antigua Unión Soviética, Ucrania tiene profundos lazos sociales y culturales con Rusia. Sin embrago, Ucrania dio un giro en su política en 2014, cuando los ucranianos depusieron a su presidente pro-Rusia, Víktor Yanukóvich y eligieron a Petro Poroshenko. Lo anterior llevó a Rusia a anexar Crimea y desencadenó una guerra interna en el Donbás. Los rebeldes apoyados por el gobierno ruso han combatido al ejército ucraniano desde entonces, en un conflicto que ha cobrado más de 14 mil vidas.

El conflicto generó un alto, en 2014, a los acuerdos de Minsk (Ver cuadro 1), tras una incursión rusa directa. El acuerdo exige medidas que, de ser aplicadas permitirían gran autonomía para los territorios respaldados por Rusia en el Donbás. Como resultado del acuerdo, el gobierno de Ucrania se vería incapacitado para llevar a cabo una política exterior independiente, lo cual es parte del objetivo del gobierno ruso, pues Rusia quiere seguir teniendo influencia sobre los países cercanos.

Las relaciones entre Rusia y el gobierno de Petro Poroshenko, sucesor de Yanukóvich se deterioraron, ya que Poroshenko tomó una posición militarista en el Donbás. Para el 2019, con la entrada de Volodymyr Zelensky a la presidencia y prometiendo la paz como una de sus principales medidas de gobierno, comenzó a aliviar las tensiones con Rusia y a retirar las fuerzas de las posiciones en el frente. Sin embargo, Zelensky adoptó una postura más agresiva ante la presión de facciones nacionalistas y batallones paramilitares en Ucrania y ante la imposibilidad de promulgar los acuerdos de Minsk.

El conflicto generó un alto, en 2014, a los acuerdos de Minsk (Ver cuadro 1), tras una incursión rusa directa. El acuerdo exige medidas que, de ser aplicadas permitirían gran autonomía para los territorios respaldados por Rusia en el Donbás. Como resultado del acuerdo, el gobierno de Ucrania se vería incapacitado para llevar a cabo una política exterior independiente, lo cual es parte del objetivo del gobierno ruso, pues Rusia quiere seguir teniendo influencia sobre los países cercanos.

Las relaciones entre Rusia y el gobierno de Petro Poroshenko, sucesor de Yanukóvich se deterioraron, ya que Poroshenko tomó una posición militarista en el Donbás. Para el 2019, con la entrada de Volodymyr Zelensky a la presidencia y prometiendo la paz como una de sus principales medidas de gobierno, comenzó a aliviar las tensiones con Rusia y a retirar las fuerzas de las posiciones en el frente. Sin embargo, Zelensky adoptó una postura más agresiva ante la presión de facciones nacionalistas y batallones paramilitares en Ucrania y ante la imposibilidad de promulgar los acuerdos de Minsk.

Cuadro 1. Protocolo de Minsk (acuerdo de Minsk)
Acuerdo para poner fin a la guerra en el este de Ucrania. Fue firmado en Minsk, capital de Bielorrusia, por representantes de Ucrania, la Federación Rusa, la República Popular de Donetsk (DNR) y la República Popular de Lugansk (LNR). El acuerdo fue firmado bajo la asistencia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Sin embargo, falló en su objetivo de cesar todos los combates en el este de Ucrania. El protocolo consiste en doce medidas: 1) asegurar un alto al fuego bilateral inmediato, 2) garantizar la supervisión y verificación del alto al fuego por la OSCE, 3) asegurar la monitorización permanente de la frontera ruso ucraniana y su verificación por la OSCE, 4) liberación de secuestrados y de todas las personas detenidas ilegalmente, 5) la prevención de la persecución y castigo de las personas relacionadas con los hechos que tuvieron lugar en Donetsk y Lugansk, excepto en los casos de delitos graves, 6) diálogo nacional inclusivo, 7) medidas para mejorar la situación humanitaria en el región de Donbás, 8) retirada de los grupos armados ilegales, equipo militar, de los combatientes y de los mercenarios de Ucrania, 9) aprobación del programa de recuperación económica y reconstrucción del Donbás, 10) garantizar la seguridad personal de los participantes en las negociaciones, 11) descentralización del poder a través de la aprobación de una ley sobre arreglos provisionales de gobernación local en algunas zonas de Donetsk y Lugansk conocida como «ley sobre el estatuto especial» y 12) garantizar la realización anticipada de elecciones locales dentro de la ley anterior.

Desde 2018, Estados Unidos ha vendido cientos de misiles y anunció un paquete de ayuda militar de ciento veinticinco millones de dólares para Ucrania. Asimismo, Turquía suministró al ejército ucraniano drones armados que ayudaron en la victoria de Azerbaiyán sobre Armenia en Nagorno-Karabaj el pasado otoño y utilizaron estos drones para destruir la artillería rebelde en el Donbás. Adicionalmente, Ucrania firmó un tratado con el Reino Unido que le permite comprar buques de guerra y misiles británicos. Todo esto indica que Ucrania se está preparando para una posible guerra con Rusia, teniendo como aliados a los miembros de la OTAN.

Rusia teme que Ucrania se convierta en el equivalente de estado miembro no oficial de la OTAN y que en algún momento busque su entrada a dicha organización. Rusia busca asegurar el estatus neutral de Ucrania, lo que, de acuerdo con el gobierno ruso significa que no puede albergar ninguna infraestructura militar de la OTAN, ya que Rusia considera que se violentaría la seguridad de su nación.

¿Cuál es el riesgo de invasión?
Por lo pronto, Rusia continúa diciendo que no tiene planes de atacar Ucrania. De hecho, el jefe de las fuerzas armadas, Valery Gerasimov, denunció que los informes sobre una inminente invasión eran mentira. No obstante, las tensiones son elevadas.

Vladimir Putin ha amenazado con «medidas técnico-militares de represalia apropiadas» si continúa lo que él llama el enfoque agresivo de Occidente, mientras que el secretario general de la OTAN advierte que el riesgo de conflicto es real y el presidente Biden dice que cree que Rusia intervendrá militarmente. Hay que mencionar que, un total de 20 buques de guerra rusos y buques de apoyo han entrado en las zonas designadas del Mar Báltico para llevar a cabo ejercicios, dijo el Distrito Militar Occidental de Rusia en un comunicado. Asimismo, la OTAN se está poniendo en estado de alerta y está enviando buques y aviones de combate adicionales a Europa del Este.

Durante el fin de semana el gobierno de Estados Unidos ordenó que diplomáticos estadounidenses y sus familias abandonaran la embajada en Kiev ante la amenaza de una invasión rusa, mientras que el gobierno de Reino Unido también redujo el número de trabajadores en su embajada, como medida de precaución. Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos creen que Rusia tiene ciento setenta y cinco mil soldados en varios grupos de batallones, lo que hace pensar en una invasión de Rusia a Ucrania.

De acuerdo con medios, la administración de Estados Unidos está considerando incrementar el número de tropas desplegadas en Europa del Este, lo que podría contribuir con un incremento de las tensiones entre Rusia y países de la OTAN.

Rusia tiene la capacidad para vencer al ejército ucraniano. De hecho, el ejército ruso tiene los medios para mantener su fuerza militar a lo largo de la frontera hasta principios de la primavera, momento en el que se cree que Rusia podría invadir Ucrania.

¿Qué quiere Rusia de la OTAN?
Rusia ha hablado sobre la reconfiguración de su relación con la OTAN y ha planteado demandas que se consideran inalcanzables. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia publicó una lista de demandas, el 17 de diciembre del 2021, en la que pide a la OTAN que se retracte formalmente de la promesa hecha en 2008, de que algún día admitirán a Ucrania y Georgia. Entre sus demandas, Rusia exige que no haya más expansión hacia el este y que se ponga fin a la actividad militar de la OTAN en Europa del Este. Eso significaría 1) la retirada de unidades de combate de Polonia y de las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, y 2) no despliegue de misiles Polonia y Rumanía. En resumen, Rusia quiere que la OTAN regrese a sus fronteras anteriores a 1997, pues quiere seguir mantener su influencia alrededor de su país, probablemente intentando recuperar a los países del Báltico.

Además, Rusia quiere que Occidente se comprometa a no desplegar sistemas de armamento en estados cercanos a Rusia y que se abstengan de realizar ejercicios y maniobras militares cerca de la frontera. Rusia también ha propuesto un tratado con Estados Unidos que prohibiría el despliegue de armas nucleares más allá de sus territorios.

Incluso si Estados Unidos y otros miembros de la OTAN estuvieran dispuestos a negociar, se teme que no existe un escenario realista en el que se pueda lograr un progreso significativo, ya que las demandas de Rusia están fuera del alcance de los miembros. Para poder cumplir con las exigencias de Rusia, la OTAN tendría que dejar ir a sus aliados en el Báltico, países que se encuentran tan integrados a Occidente que incluso manejan el euro como moneda nacional. Por lo anterior, es poco probable que se alcance un acuerdo formal en el plazo reducido que exigió Rusia, el cual tenía como vigencia hasta el 17 de enero. Un escenario probable es que continúen las tensiones sin que se llegue a un conflicto armado en el corto plazo. El escenario más pesimista supone una invasión rusa a Ucrania y una respuesta inmediata de los miembros de la OTAN. Este escenario pesimista contempla la posibilidad de una alianza entre Rusia y China.

¿Se puede detener la acción rusa y hasta donde llegará Occidente por Ucrania?
Las peticiones de Rusia a la OTAN sugieren que Vladimir Putin está apostando que Occidente cederá para evitar una guerra. Una guerra ruso-ucraniana puede hacer ver a Occidente como débil si no hacen nada para ayudar a Ucrania o bien, verse obligados a intervenir, arriesgándose a una guerra abierta con Rusia, que podría incluir también a China como aliado.

Rusia ha repartido 500 mil pasaportes en las zonas gobernadas por los rebeldes y se teme que, al no conseguir las demandas hechas a la OTAN, justifique su invasión a Ucrania.

Los 30 miembros de la OTAN han rechazado la solicitud de Rusia de no aceptar nuevos miembros en el futuro. De hecho, la OTAN ha mencionado que Rusia no tiene ningún derecho a interferir si Ucrania busca unirse a la organización.

Ante este escenario las principales herramientas de Occidente parecen ser las sanciones económicas y la ayuda militar, con asesores y armas.

¿Cuáles son las acciones que podría tomar Occidente?
Los líderes de la Unión Europea junto con Estados Unidos y Gran Bretaña han acordado que impondrán más sanciones económicas a Rusia si el ejército ruso invade Ucrania, aunque han animado a una mayor diplomacia con Moscú. Los diplomáticos han dicho que las nuevas medidas podrían incluir la focalización en los oligarcas rusos, la prohibición de las transacciones de la Unión Europea con los bancos privados rusos y la desconexión del sistema bancario ruso del sistema internacional de pagos Swift.

Desconectar el sistema financiero ruso de SWIFT.
Sería una de las medidas más duras ya que el SWIFT es utilizado por más de 11 mil instituciones financieras en más de 200 países. El SWIFT es responsable de 35 millones de transacciones diarias que mueven unos 5 billones de dólares (4.4 billones de euros) en todo el mundo, causaría importantes trastornos a la economía rusa. Lo anterior dificultaría a los bancos rusos la realización y recepción de pagos internacionales, lo que probablemente debilitaría el rublo de forma significativa.

Si bien, Rusia y China ya han desarrollado sus propias alternativas a SWIFT, estas no tienen la misma cobertura mundial. En 2014, cuando Moscú anexionó Crimea, Mosc desarrolló un sistema de mensajería alternativo, el SPFS, con cerca de 2 millones, o una quinta parte del tráfico interno ruso, en 2020. Sin embargo, el sistema tiene límites de tamaño en los mensajes y sólo opera los días laborables.

Aunque, la interrupción del acceso de Rusia a SWIFT causaría un trastorno inmediato, se cree que el impacto disminuiría con el tiempo. La acción retrasaría los pagos y tiene el potencial de aumentar los costos de transacción, pero no se cree que haya un colapso en el comercio ruso. Sanciones a empresas y al sector financiero Estados Unidos y la Unión Europea ya aplican sanciones a los sectores energético, financiero y de defensa de Rusia. No obstante, podrían imponer restricciones a los principales bancos rusos. Asimismo, se han propuesto medidas contra la capacidad de Moscú para convertir rublos en dólares y otras divisas. Washington también podría atacar el Fondo de Inversión Directa de Rusia, respaldado por el Estado ruso.

Aislamiento a los suministros electrónicos mundiales
Se dice que la Casa Blanca le ha dicho a la industria de chips estadounidense que se prepare, puesto que se podrían imponer nuevas restricciones a las exportaciones a Rusia si invade Ucrania. Lo anterior incluiría un bloqueo a los suministros electrónicos mundiales. Cabe recordar que medidas similares se desplegaron durante la Guerra Fría.

Sanciones a personas
Congelar activos y la prohibición de viajes es una herramienta comúnmente utilizada. De hecho, los demócratas del Senado de Estados Unidos presentaron un proyecto de ley para imponer amplias sanciones a altos cargos del gobierno y el ejército ruso, incluido el presidente Vladimir Putin y a instituciones bancarias clave, en caso de que Moscú emprende hostilidades contra Ucrania. Sanciones al NORD STREAM 2

El canciller alemán, Olaf Scholz ha señalado que, en caso de una invasión a Ucrania, su país estaría dispuesta a debatir la suspensión del proyecto de gasoducto Nord Stream 2, el cual tiene como objetivo trasladar gas bajo el mar Báltico desde Rusia hacia Alemania. Aunque el gasoducto ya está construido, aún no ha obtenido la aprobación reglamentaria por parte de las autoridades alemanas. Su autorización se ha enfrentado a la oposición de Estados Unidos y Ucrania, pues se sostiene que Europa sería sumamente dependiente de la energía rusa. Restricciones al mercado de Bonos

Las restricciones al acceso a los bonos rusos podrían endurecerse aún más, con una prohibición de la participación en el mercado secundario, la cual que se plantea como una opción. En abril de 2021, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prohibió a los inversionistas estadounidenses la compra de nuevos bonos en rublos rusos por las acusaciones de intromisión en las elecciones.

Gabriela Siller Pagaza
Directora de Análisis Económico, BANCO BASE
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